Rituales
A veces necesito
ordenar la casa,
recogerme el pelo.
A veces necesito guardar los libros,
despejar el suelo.
A veces necesito caminar descalza,
permitirme el juego.
A veces necesito cantar bajito,
hacer el duelo.
A veces necesito mirar la llama,
alejarme del frío,
permitirme la pausa,
habitar el silencio.
A veces percibo
que mi necesidad de haber estado
en constante movimiento
durante tanto tiempo
no venía del hambre
por conocer el afuera
sino de la angustia
por quedarme quieta
frente al espejo.
Pero resulta agotador
evadir mi sombra
como Peter Pan pero en reverso.
Por eso vuelvo
a mi casa, mi centro.
Apago las luces,
enciendo una vela,
susurro un canto
de otros tiempos
y me preparo para el descenso.